El tiempo

Dios no suele ir a un ritmo apresurado. Él prefiere “sus tiempos”. Por eso los versículos claves de hoy tocan un tema tan crucial: si realmente queremos honrar a Dios, debemos confiarle el ritmo, el lugar y la provisión.

Todo proceso de adaptación implica aceptar nuevas formas. Por ejemplo, para nosotros que hace pocas semanas que estamos viviendo en un nuevo país y transitando la curva de aprendizaje debemos ser conscientes que: “los tiempos de Dios son perfectos” porque realmente esa es nuestra experiencia.

El ritmo

Observa la naturaleza lenta de la instrucción de Dios en Deuteronomio 14:22: “Fielmente diezmarás todo el producto de tu siembra … cada año”. En otras palabras, Dios le dice a Su pueblo que vea y reflexione intencionalmente en el hecho de que la cosecha es Su regalo para nosotros.

– En el caso de los Israelitas, esta fue una instrucción para que no se apresuraran a vender su producto en el mercado, sin antes reconocer a Dios y apartar una porción de todo lo que Él les había dado.
– Para nosotros hoy, debemos estar alertas y no permitir que nuestro ritmo de vida impida tomarnos una pausa para buscar y honrar la mano activa de Dios.

Debemos recordar: lo que es santo nunca se apresura. Es necesario apartar, desde un inicio, lo que honra a Dios.

El lugar

¿Dónde realmente somos renovados y satisfechos? No es en una posesión, ni en una relación, ni siquiera en alcanzar ese destino soñado. Lo que nuestras almas realmente anhelan es un lugar más profundo: la presencia de Dios. Ese es el lugar correcto.

El mundo constantemente nos ofrece sustitutos: promesas de éxito, seguridad o bienestar que muchas veces se convierten en “ídolos”, es decir, cosas que ocupan el lugar que sólo Dios merece; pero la palabra de Dios dice: Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre. – Salmo 16:11 

Cuando buscamos nuestro bienestar por encima de buscar a Dios, caemos en una adoración mal ubicada. Es afecto mal enfocado. Un consuelo que no sacia. 

Del deber en la senda fluye el río de la gracia de mi Dios. Del deber en la senda hallo gracia de mi Dios. ..pues del río de la gracia, que fluyendo siempre está obtendremos fortaleza, grande gozo y dulce paz. Canción 374 (Cancionero del Ejército de Salvación).
La provisión

En momentos de transición, incertidumbre o necesidad, podemos ser tentados a correr tras soluciones rápidas o provisiones humanas. Sin embargo, Dios quiere enseñarnos a depender de Él día a día. Así como alimentó al pueblo de Israel con maná diariamente (Éxodo 16), Él desea que aprendamos a confiar en que su provisión llega en el tiempo justo. No antes, ni después.

Cuando buscamos primero Su Reino, todas las demás cosas nos son añadidas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas – Mateo 6:33

La provisión de Dios no sólo cubre nuestras necesidades, también forma nuestro carácter. Nos enseña a descansar en su fidelidad, a reconocer que no vivimos por el afán ni por la ansiedad, sino por cada palabra que sale de Su boca.

Consideremos
En un mundo que corre, Dios camina. En una cultura que exige resultados inmediatos, Él forma con paciencia. Y en medio de nuestros cambios, transiciones y búsquedas, Dios nos invita a detenernos, a respirar, a confiar. Su ritmo es más sabio que el nuestro. Su tiempo no sólo es perfecto… también es bueno. 

Aprender a caminar al paso de Dios es aprender a vivir verdaderamente. No presiones para que sea tu ritmo, tu lugar, tu provisión… mejor confía en el Todopoderoso Dios que su mano vela por ti.

Un abrazo de Bendición,

Coronel Leonardo Fernández

One thought on “El tiempo

  1. solo podemos estar ubicados en la dirección correcta cuando dependemos completamente de Dios ,El guía nuestros pasos y nos conduce a puerto seguro
    andando de su ✋️ TODO VA A ESTAR BIEN
    Gracias Coronel

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