Desde el Cuartel Territorial, Costa Rica, Junio de 2025.
Queridos Salvacionistas:
Este mes celebramos con gozo la Semana del Ejército de Salvación, la Semana de los Ministerios de Cuidado Comunitario (MCC) y el Encuentro de la Fraternidad de Oficiales del Futuro. ¡Será un mes intenso! Pero sobre todo, un tiempo lleno de victoria, esperanza y renovación en el llamado que Dios nos ha hecho.
En esta Carta Pastoral queremos compartir con ustedes algunas reflexiones en torno al tema de este mes: SERVICIO, porque todos nosotros, sin excepción, estamos involucrados en esta tarea.
Llamados a Servir a Tiempo Completo
A menudo escuchamos que quienes ingresan como Cadetes y luego se convierten en Oficiales del Ejército de Salvación han recibido “un llamado a servir a Dios a tiempo completo”. Y eso, en parte, es verdad: el ministerio del Oficial implica una entrega total, un corazón consagrado.
Pero no debemos olvidar esta otra parte de esta misma verdad:
Todos los salvacionistas —Soldados, Jóvenes Soldados, Adherentes y Amigos— estamos llamados a servir a Dios a tiempo completo, cada día y en todo lugar donde Él nos ha puesto.
No es el color de las charreteras del uniforme lo que define nuestro servicio. Es el corazón rendido, la disposición diaria, y la vida entregada a Cristo, lo que muestra que vivimos para Él. Al trabajar, estudiar, cuidar de otros, participar en nuestra comunidad o servir en nuestros cuerpos, cada acción puede ser una expresión del amor de Dios en nosotros.
El llamado al ministerio como Oficial es una invitación especial, sí. Pero no es para los perfectos, sino para los dispuestos. No para quienes se sienten fuertes, sino para aquellos que confían en el poder de Dios. Es un camino de formación, crecimiento espiritual y madurez, donde el Señor nos moldea a imagen de Cristo.
La Palabra nos recuerda en Colosenses 3:23-24:“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
Ese es el verdadero servicio a tiempo completo: vivir cada día con la mirada en Jesús, sirviendo con amor, humildad y pasión, allí donde Él nos ha puesto.
Las Dificultades Son Reales… pero No Estás Solo
Servir no siempre es fácil.
Vivimos en una sociedad que ha normalizado la indiferencia, donde el valor de una persona se mide muchas veces por su productividad o estatus. Además, enfrentamos sistemas injustos, recursos limitados, burocracias que frustran, decisiones difíciles que desgastan.
Nos preguntamos: ¿A quién ayudamos primero? ¿Cómo distribuimos lo poco que tenemos? ¿Cómo mantenemos la esperanza encendida? Pero ahí, justo ahí, es donde más necesitamos del Señor Jesús. Él también fue rechazado. Él también enfrentó decisiones duras. Y sin embargo, nunca dejó de amar ni de servir.
Pablo nos anima en Gálatas 6:9: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Sirviendo con Amor: Ayer, Hoy y Siempre
¿Cuántos años han pasado desde que el Ejército de Salvación comenzó su misión de servicio? Desde entonces, no ha sido asistencialismo. Ha sido, y sigue siendo, compartir el amor transformador de Dios.
Hoy, en los 10 países del Territorio Norte de Latinoamérica, miles de manos y corazones continúan sirviendo con ese mismo amor: el amor de Cristo Jesús, nuestro Salvador.
Tal vez has escuchado —o incluso dicho—: “El Ejército de Salvación ya no es el mismo…” y quizás es cierto. Los tiempos cambian, las personas también, los movimientos evolucionan… pero nuestro Dios nunca cambia.
A pesar de lo que se diga, una vez más queremos recordarte que la misión de nuestro Ejército sigue firme: “Predicar el evangelio de Jesucristo y suplir las necesidades humanas en Su nombre, sin discriminación.”
Vive para Servir a Dios a Tiempo Completo
Hoy queremos invitarte a algo más profundo: Ora. Escucha. Busca consejo. Ama. Sirve, y da el paso de fe. El mundo necesita más personas que entreguen su vida al servicio del Reino de Dios.
Y el Ejército de Salvación necesita líderes firmes, compasivos y llenos del fuego del Espíritu Santo, dispuestos a amar sin reservas, a liderar con humildad y a servir sin reservas. Tú puedes ser uno de ellos.
Sigue sirviendo con alegría, sabiendo que todos somos parte del mismo cuerpo, y que todos —sin excepción— estamos llamados a servir a Dios a tiempo completo.
Fraternalmente en el amor de Cristo,
Coroneles Evangelina y Leonardo Fernandez
Es muy cierto Jesús nos dejó su ejemplo y a través de este mensaje nos recuerda que debemos seguir sus pisadas, sigo siendo voluntaria para servir.
Sigue sirviendo con alegría, sabiendo que todos somos parte del mismo cuerpo, y que todos —sin excepción— estamos llamados a servir a Dios a tiempo completo.
Sin duda alguna la clave para mi es el amor más genuino y puro que se ha derramado por cada uno de nosotros,ese amor que llena mi ser entero,ahora es un deber para mí mostrarlo de una forma tangible a aquellos que lo están necesitando, amar y «servir».
no puedo tener un mensaje transformador sin mostrarlo y demostrarlo , Dios nos ayude a hacerlo de manera generosa porque Él no es y nunca ha Sido escaso con nosotros por lo tanto nosotros debemos hacerlo en abundancia esto implica utilizar mi tiempo, mis fuerzas y aún mis recursos.
El privilegio más grande que tenemos es Servir a Aquel que nos Amó con amor Eterno y nos Limpio , ahora hagamos de su amor algo visible a quienes lo necesitan!!!
Agradezco estas palabras tan necesarias que dan voz a nuestras luchas diarias. Reconocer que los desafíos se anclan en sistemas injustos y recursos limitados, y no solo en nuestra fe, es un paso vital para quienes estamos en el campo. Vivimos esa tensión entre el llamado divino y la dura realidad de la escasez, luchando por no desmayar al decidir a quién ayudar. Servimos con el corazón, pero mantener encendida la esperanza requiere más que ánimo. Confiamos en que esta visibilidad se traduzca en un apoyo más tangible para la primera línea de servicio.
En Cristo,
Teniente Eduardo Terán
Esta palabra llevo a mi espíritu a reflexionar y retomar con más ainco el llamado de Dios en mi.
Somos llamados a servir y no a ser servido. Este fue el ejemplo que nos dio nuestro Señor Jesucristo cuando dijo El hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Debería ser el legado de cada salvacionista o el ADN que nos define. Llamados para servir.
Gracias, las palabras las siento como un abrazo de Dios que confortan mi alma. Bendiciones
No hay nada más satisfactorio que vivir sirviendo a nuestro Dios y lo más gratificante es cuando nos sorprende con su provisión, gracia, protección en medio del desierto. Así es nuestro amado Salvador.