Sobre poco has sido fiel

“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”. Mateo 25:21

Jesús nos recuerda en la parábola de los talentos que nuestro Dios es «multiplicador». Como en la historia de los panes y los peces Dios confía en nosotros y coloca en nuestras manos recursos, dones y oportunidades. No todos recibimos lo mismo, pero a todos se nos entrega algo. Y el llamado es claro: no basta con administrar lo recibido, estamos llamados a multiplicarlo para la gloria de Dios.

Quisiera reflexionar con ustedes en dos direcciones:

Un acto de fe y obediencia

El siervo que enterró su talento actuó movido por el miedo. Administró lo recibido, sí, pero lo hizo desde la desconfianza y la especulación. En cambio, los que multiplicaron lo que el Señor les confió se atrevieron a dar pasos en fe.

En nuestra vida espiritual, en la misión y en nuestro liderazgo en el Ejército de Salvación, no podemos dejarnos paralizar por la escasez o el temor. A veces pensamos: “Lo que tengo es muy poco, no vale la pena”. Pero en el Reino de Dios, la obediencia y la confianza hacen que lo poco se convierta en mucho. Como la viuda de Sarepta que compartió un puñado de harina y un poco de aceite (1 Reyes 17:8-16), cuando confiamos, el Señor multiplica.

Lo poco en mis manos es limitado, pero lo poco en manos de Dios es infinito.

Un acto de amor y responsabilidad

El Señor confía en nosotros porque quiere que su Reino avance. Multiplicar no es solo para beneficio personal, es para bendecir a otros. El amor nos mueve a no conformarnos con lo mínimo, sino a dar lo mejor.

Cuando multiplicamos nuestros talentos espirituales, nuestra pasión por el servicio, nuestros recursos materiales, estamos ampliando el alcance del Reino. Piensa en cómo los primeros discípulos, pescadores sencillos, se convirtieron en testigos que llevaron el Evangelio hasta los confines del mundo (Hechos 1:8). No administraron solo su fe; la multiplicaron compartiéndola con valentía y amor.

Multiplicar no es acumular, es amar; no es engrandecerme, es bendecir a muchos.

Dios confía en ti

Dios ya puso algo en nuestras manos. Sea mucho o poco, grande o pequeño, Él ha confiado en nosotros porque sabe que podemos multiplicarlo. No somos siervos que entierran sus dones, somos hijos e hijas del Dios vivo, llamados a caminar con valentía.

En cada rincón de Latinoamérica Norte, desde la comunidad más pequeña hasta la ciudad más grande, el Ejército de Salvación está llamado a ser semilla de transformación. Lo que hoy parece pequeño, mañana será grande, no por nosotros, sino por el poder de Dios.

El Reino de Dios no avanza con miedo, sino con fe. No crece con cálculo, sino con amor. No se limita a administrar lo que hay, sino que se atreve a soñar y multiplicar hasta lo imposible.

Y llegará el día en que el Señor nos reciba diciendo: “Bien hecho, buen siervo y fiel.” Ese será nuestro gozo eterno.

Multipliquemos con fe y obediencia, multipliquemos con amor y responsabilidad, multipliquemos para la gloria de Dios.

Un abrazo de Bendición,

Coronel Leonardo Fernández