Comenzar un nuevo año siempre trae consigo una mezcla de emociones. Por un lado, sentimos esperanza y expectativas por las oportunidades que se avecinan; por otro, una cierta incertidumbre sobre los retos que puedan surgir. Este momento nos sirve para reflexionar sobre lo vivido, valorar las lecciones aprendidas y proyectar con intención lo que queremos construir en lo por venir.
El inicio de un año nos ofrece una página en blanco, y una buena forma de iniciar es detenernos unos minutos orar y evaluar lo que hemos pasado. Independientemente de donde te encuentres en tu caminar con el Señor, tu mejor decisión cada día es acercarte más a Él a través de Su Palabra.
También es importante recordar que no se trata de alcanzar metas perfectas, sino de avanzar con propósito. Reflexionar y orar para identificar tus prioridades y en cómo quieres impactar en tu entorno de forma positiva y especial. Puede ser a través de pequeños gestos, que marquen lo importante que son los propósitos de Dios en cada situación.
El nuevo año también es un buen momento para agradecer. Porque tenemos que cultivar ser agradecidos y felices ya que vivimos en un mundo triste y desagradecido. Aprendamos del Apóstol Pablo que puso en práctica alegrarse en todo momento, aún estando en la cárcel.
En Efesios 5:20 se nos exhorta a dar gracias de todo al Dios y Padre… entonces la propuesta para este primer mes del año es que hagas una pausa para reconocer las bendiciones del Señor al inicio del 2025. Agradecer por las personas que estuvieron a tu lado, por las experiencias que te hicieron crecer y por las oportunidades que, aunque pequeñas o grandes, marcaron una diferencia en tu vida.
Recuerda que los cambios son importantes, pero no es la magnitud del cambio en lo que debes enfocarte, sino la constancia y el corazón que tú pongas en ello. Al iniciar este año, rodéate de personas que te inspiren, te apoyen y te ayuden a compartir del amor de Dios a otros que todavía no le conocen. Al mismo tiempo, conviértete en un testimonio para quienes te rodean, marcando la diferencia en un mundo vacío de Dios.
El comienzo de un año es más que un cambio de una hoja en el calendario; es una invitación a crecer, amar y servir para recibir la bendición de Dios y compartirla. Que este nuevo año sea lleno de propósito, gozo y paz.
Dios te bendiga,
Coronela Evangelina Costen de Fernandez
Seamos agradecidos con Dios porque Él es bueno y su misericordia es para siempre.