Celebrando 118 años en esta tierra bendita
Los días sábado 12 y domingo 13 de julio, tuvimos el gozo y privilegio de visitar los Cuerpos de Limón Central y Limón 2000, en la hermosa División de Costa Rica.
Junto a Salvacionistas y amigos de la obra, celebramos dos reuniones llenas de gratitud y esperanza, acompañados por los Tenientes Fernanda y Jonathan Góchez y los Tenientes Claudia y Riuben Ramírez. Fueron momentos de profunda adoración, alegría y compromiso.
Tuvimos el honor de presenciar números especiales y el enrolamiento de Jóvenes Soldados y Soldados Adultos que dijeron «sí» al llamado del Señor. ¡Gloria a Dios por cada vida consagrada!
Como a Moisés frente a la zarza ardiente, a veces creemos estar ante lo cotidiano… pero cuando Dios se manifiesta, el suelo se convierte en tierra santa. Este lugar (Limón) no es santo por sus paredes o su historia, sino porque Dios ha hablado aquí… y sigue hablando. Aquí se han encendido llamados, se han renovado promesas y se han derramado lágrimas de restauración.
Inspirados en la oración de dedicación del Rey Salomón en 2 Crónicas 6, reflexionamos juntos en cuatro verdades poderosas sobre el templo y nuestra vida de fe:
1. Un lugar de encuentro con Dios
“¿Es verdad que Dios morará con el hombre en la tierra? Si los cielos, y los cielos de los cielos, no te pueden contener, ¡cuánto menos esta casa que he edificado!” (2 Crónicas 6:18)
Dios es inmenso, pero también cercano. Y aunque ningún edificio lo puede contener, Él se deja encontrar en lugares como este. Aquí no venimos a cumplir con una rutina, sino a encontrarnos con un Dios que escucha, que responde, que transforma. Cada oración sincera ha sido oída desde el cielo.
2. Un lugar de restauración
“Si tu pueblo peca… y se vuelve a ti y ora hacia este lugar… tú escucharás y perdonarás.” (2 Crónicas 6:24–25)
A este altar hemos llegado cansados, rotos, confundidos… pero también nos hemos levantado sanos, perdonados y restaurados. Este templo es un refugio espiritual. Y como el antiguo tabernáculo que acompañaba al pueblo en el desierto, sigue siendo un lugar donde Dios se manifiesta cuando hay corazones humildes y dispuestos.
3. Un hospital espiritual, no un museo religioso
Aquí han llegado los heridos, los que necesitaban una segunda oportunidad, los que lloraban por dentro… y Dios los ha abrazado, sanado y renovado. Este lugar no es una vitrina de glorias pasadas, es un campo de entrenamiento para soldados del Reino. Cada ladrillo cuenta una historia… y también señala una misión aún por cumplir. Estamos aquí no solo por lo que Dios ya hizo, sino por lo que hará con los que aún no han llegado.
4. Un lugar de puertas abiertas
“También el extranjero… si viene y ora hacia esta casa… tú lo oirás desde el cielo.” (2 Crónicas 6:32–33)
¡Qué mensaje tan esperanzador! Este lugar no es exclusivo para algunos, sino una casa abierta para todos: el que se siente indigno, el que viene por primera vez, el que busca a Dios sin saber cómo empezar. Aquí hay lugar para ti, para tu familia, para tus vecinos. Este sigue siendo un faro que alumbra hacia afuera, una casa de salvación.
Oración final
Señor, gracias por este lugar santo. Gracias por cada encuentro que has tenido con nosotros aquí. Ayúdanos a no conformarnos con lo que hemos vivido, sino a preparar este templo —nuestro templo— para lo que harás con las nuevas generaciones. Que este siga siendo casa de oración, justicia, misericordia y misión.
En el nombre de Jesús, amén.
Palabras de gratitud
Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a los Tenientes Ramírez y Góchez, por su entrega, su servicio y su amor por esta comunidad. Gracias por ser instrumentos de Dios en esta ciudad tan especial donde tanto tiempo atrás el Ejército de Salvación abrió fuego en Costa Rica. Dicen que lo mejor de Limón es su gente, y queremos animar a nuestros hermanos Salvacionistas a seguir trabajando para el reino del Altísimo. Dios nunca falla. Ustedes son valiosos y amados.
Te invitamos a ver la entrevista de este aniversario en el siguiente enlace de American Corner Limon: https://fb.watch/B02azvKGle/?
Dios bendiga al Ejército de Salvación en Costa Rica. Dios bendiga a los Cuerpos de Limón.
Con amor, en Cristo,
Coroneles Evangelina y Leonardo Fernández