Su Gracia

“Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, quien era rico y por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos”. 2 Corintios 8:9 (NVI)

Un nuevo tramo de la carrera

Hemos dejado atrás el mes de julio y ahora entramos en la segunda mitad del año. Es un nuevo tramo de la carrera ministerial, una oportunidad fresca para recordar que no corremos por nuestras fuerzas, sino por la gracia que nos sostiene.

Hace poco viví una experiencia que me lo recordó de manera muy personal. Al llegar a Costa Rica, atravesé una larga enfermedad respiratoria que me llevó de médico en médico, hasta que finalmente un diagnóstico preciso y el tratamiento adecuado trajeron alivio. Durante ese tiempo, Dios me enseñó que su gracia no solo me salva, sino que también me sostiene y me provee en cada etapa del camino.

La gracia nos enseña a agradecer en todo

La gratitud no nace de tenerlo todo bajo control, sino de reconocer que todo lo que tenemos —y todo lo que somos— es fruto de la gracia. Como dice 1 Tesalonicenses 5:18 “Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”.

Esa gratitud cambia nuestra perspectiva y nos ayuda a ver cada circunstancia como un espacio donde la gracia de Dios se está manifestando, incluso cuando no lo percibimos de inmediato.

La gracia provee lo que necesitamos

Mi sanidad física llegó cuando un médico encontró la verdadera causa de mi malestar. Así también, espiritualmente, la gracia de Dios llega con precisión, proveyendo lo que realmente necesitamos. Filipenses 4:19 lo declara con claridad: “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”.

No se trata de ver si tenemos los recursos suficientes, sino de confiar en que Dios, por su gracia, ya lo ha previsto todo para que podamos cumplir el llamado que nos dio.

La gracia nos enfoca en lo esencial

En un mundo lleno de distracciones, la gracia nos recuerda que lo más importante no es cuántas actividades realizamos, sino quién nos sostiene en cada una de ellas. Jesús lo dijo así en Mateo 11:28 “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso”.

Su descanso no es una pausa pasiva, sino una renovación activa. La gracia nos vuelve a centrar, nos alinea con el corazón de Dios y nos equipa para servir con gozo, no con peso.

Considera

Entramos en esta segunda mitad del año con un recordatorio poderoso: todo lo que somos, tenemos y logramos viene de la multiforme gracia de Dios. Esa gracia se manifiesta de maneras diversas y sorprendentes: en provisión, en fortaleza, en consuelo, en oportunidades, en sabiduría y en dirección. Como dice 1 Pedro 4:10

“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido,
administrando fielmente la multiforme gracia de Dios”.

No hay una sola forma en que Su gracia se derrame; a veces nos levanta cuando caemos, otras nos abre puertas que no podíamos imaginar, y otras nos da paz en medio de la tormenta. Esa multiforme gracia no solo es para nosotras, sino para que la compartamos con aquellos a quienes servimos.

Así que, en lugar de medir nuestras fuerzas, midamos nuestra dependencia de Él. Avancemos con pasos firmes, confiando en que cada día de esta segunda mitad del año será sostenido por una nueva faceta de su gracia.

Dios te bendiga,

Coronela Evangelina Costen de Fernandez

5 thoughts on “Su Gracia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »